Sunday, July 11, 2010

El Buen Samaritano

San Juan Crisóstomo dice con la boca del Señor:

"No te digo: arréglame mi vida y sácame de la miseria, entrégame tus bienes aun cuando yo me vea pobre por tu amor. Solo te imploro pan y vestido, y un poco de alivio para mi hambre. Estoy preso. No te ruego que me libres. Solo quiero que, por tu propio bien, me hagas una visita. Con eso me bastará y por eso te regalaré el Cielo. Yo te libré a ti de una prisión mil veces más dura. Pero me contento con que me vengas a ver de cuando en cuando.

Pudiera, es verdad, darte tu corona sin nada de esto, pero quiero estarte agradecido y que vengas después a recibir tu premio confiadamente. Por eso, yo, que puedo alimentarme por mí mismo, prefiero dar vueltas a tu alrededor, pidiendo, y extender mi mano a tu puerta. Mi amor llegó a tanto, que quiero que tú me alimentes. Por eso profiero, como amigo, tu mesa; de eso me glorío y te muestro ante todo el mundo como mi bienhechor
."

(Homily on Romans, 15; cited in Hablar Con Dios, v. 4, p. 134)